Creación de la escultura
En 1911, el eminente poeta catalán Joan Maragall presentó su poema «Oda a Barcelona» en su libro Seqüències, una visión innovadora y elogiosa de la Ciudad Condal.
En 1961, con motivo del centenario del nacimiento del poeta, su sobrino Ernest Maragall, escultor de profesión, le rindió homenaje con una obra titulada «Oda Nova a Barcelona», una interpretación plástica llena de la emoción versada en dicho poema.
Ubicación original y descripción de la escultura
La escultura fue instalada en los Jardines de Salvador Espriu, conocidos como los Jardinets de Gràcia, un área verde creada para la Exposición Universal de 1929, situada en un importante cruce entre el barrio de Gràcia y el Ensanche barcelonés.
La obra, de estilo neoclásico, representa dos figuras femeninas sentadas. Una de ellas, desnuda, descansa sobre una piedra, mientras que la otra está cubierta con una fina tela que deja entrever su figura. Sus gestos sugieren un vínculo afectuoso entre ellas.
Controversia y destierro de la escultura
La representación artística de la amistad y el afecto a través de la poesía visual del amor causó indignación entre las autoridades de la época, quienes la consideraron un espectáculo lésbico indecente en plena vía pública.
A pesar de la protesta de Ernest Maragall y con la falta de aceptación de la sociedad, la escultura fue retirada del centro de la ciudad y relegada al Parque de Cervantes, en las afueras de Barcelona.
Restitución y disfrute actual
Fue en 1985 cuando Pasqual Maragall, sobrino del escultor y nieto del poeta, rescató la escultura de su exilio y la devolvió a su lugar original, permitiendo que residentes y visitantes del barrio volvieran a disfrutarla en su contexto original.
