En la intersección de la calle Mosqueta con la calle San Esteban, en las inmediaciones de donde previamente se ubicaba la Puerta de Carmona hasta diciembre de 1868, se encuentra una vivienda de tonalidad albar con un proyectil de artillería insertado en su esquina izquierda. Este proyectil es uno de los más de 600 artefactos explosivos y 900 balas convencionales utilizados por las fuerzas militares alineadas con el general Espartero, bajo el mando del general Van Halen, durante el bombardeo a la ciudad de Sevilla en julio de 1843.
General Espartero
El general Baldomero Espartero, conocido como ‘el pacificador’ por la prensa debido a su papel en la conclusión de la I Guerra Carlista (1833-1840), desempeñó en dos ocasiones el cargo de presidente del Consejo de Ministros y ejerció como Regente durante la minoría de edad de Isabel II.
Durante su regencia, generó malestar generalizado debido a su estilo de gobierno autoritario, lo que desencadenó varios levantamientos y pronunciamientos en su contra durante su mandato. El clímax de estos acontecimientos ocurrió en junio de 1843, cuando disolvió las Cortes, lo que provocó diversos disturbios.
La noche del 11 de junio, un grupo de habitantes de Sevilla sale a las calles aclamando fervientemente a la Constitución y a Isabel II. Sin embargo, son brutalmente reprimidos por las fuerzas armadas. El Ayuntamiento se opone a esta acción y levanta la ciudad en rebelión contra el Regente. Espartero ordena al general Van Allen que reprima la insurrección, recurriendo al bombardeo con cañones, tal como había hecho meses atrás en Barcelona.
Van Halen inicia el bombardeo el 18 de julio, y para el día 23, Espartero llega al frente de un gran contingente militar. La rebelión se propaga rápidamente por toda España y, ante las amenazas del Ministerio de la Guerra, Espartero suspende el ataque sobre Sevilla y escapa a Inglaterra el 27 de julio.
Sevilla: “Ciudad Invicta”
El 15 de agosto, la reina Isabel II, aún siendo una niña, firma su primer documento oficial. En este, ratifica la decisión del Gobierno de otorgar un cuarto título a la ciudad de Sevilla, denominándola ‘Invicta’, como reconocimiento por su valerosa defensa durante aquel conflicto.
En la actualidad, aún se pueden hallar proyectiles de aquel bombardeo en la ciudad: uno se encuentra incrustado en el suelo del patio del Archivo General de Indias; otro adorna la fachada de la Casa Palacio de Miguel Mañara, ubicada en la calle Levíes 27; y también hay uno en la azotea de la antigua Real Fábrica de Tabacos.
Resulta curioso que, a pesar de haber sido objeto de bombardeo por parte de Baldomero Espartero, desde 1841 existe en Sevilla una plaza en su honor: la plaza del Duque de la Victoria, más conocida coloquialmente como la plaza del Duque.
