Detrás de la puerta se encuentra una pequeña cour privada bordeada de columnas reutilizadas. Esta cour (patio interior), que antiguamente conectaba con la rue des Ursins, parece a primera vista un espacio sin particularidades.
Sin embargo, bajo los pies de los visitantes, entre estructuras de hierro forjado y bajo la tenue luz de las linternas, se revelan fragmentos de inscripciones grabadas en la piedra. Aunque el desgaste del tiempo las ha vuelto ilegibles, se puede discernir que son caracteres góticos.
Estos grandes adoquines son en realidad lápidas de monjes, provenientes de antiguos cementerios vinculados a edificaciones religiosas del barrio.
¿Qué eran antes de ser adoquines para pavimentar el patio?
Durante el siglo XVIII, la Île de la Cité (Isla de la Cité) albergaba hasta 18 iglesias en una superficie de 22 hectáreas. En esa misma época, grandes proyectos de remodelación alteraron la isla, resultando en la demolición de numerosos edificios.
Las piedras de las iglesias y las tumbas se reutilizaron en la construcción de otros edificios, como el Conservatorio de Artes y Oficios y el Panteón, o simplemente para pavimentar calles, como en el número 26 de la rue Chanoinesse, para mantener secos los pies de los parisinos en caso de inundaciones.
Este hallazgo puede resultar sorprendente e incluso perturbador. ¿Quién querría ver la lápida de un ser querido pisoteada regularmente por desconocidos? Esta reutilización de las piedras funerarias, aunque práctica, plantea cuestiones sobre el respeto a la memoria y a los difuntos.
Saber antes de ir
Este patio es un patio privado y necesitarás un poco de suerte para poder entrar. Pero la puerta suele estar abierta durante el día, hay que llegar hasta allí.
Otra forma de entrar es ir con un guía turístico (ellos tienen el código de entrada) en alguno de los muchos tours de fantasmas. Consulte antes si el tour incluye el “Patio de las Lápidas”.
