En la tranquila localidad de Des Peres, Misuri, a pocos kilómetros del Gateway Arch de St. Louis, se ha desarrollado durante más de una década un curioso fenómeno urbano sin explicación aparente: un tarro de pepinillos que aparece y desaparece de forma intermitente en el paso elevado de la autopista 270 sobre la Manchester Road.
Desde hace al menos diez años, alguien ha estado dejando de manera anónima un tarro de pepinillos en ese mismo lugar, sin motivo claro, patrón identificable o mensaje adjunto. El objeto suele permanecer allí por un tiempo antes de desaparecer, solo para reaparecer días o semanas después. A pesar de la constancia del acto, no se ha identificado al responsable ni se han encontrado pistas concretas que permitan entender su intención.
Un fenómeno con seguidores
Lejos de pasar desapercibido, este gesto repetido ha captado la atención de medios nacionales, incluyendo The Wall Street Journal, y ha generado una comunidad creciente en redes sociales. En Facebook, un grupo llamado Team Pickle reúne a más de 30,000 miembros dedicados a seguir el desarrollo del caso, compartir teorías y publicar fotografías del tarro cuando aparece.
El fenómeno ha generado tanto desconcierto como entretenimiento entre los habitantes. Para algunos, se trata simplemente de una broma inofensiva o de una expresión de humor local; para otros, una distracción curiosa en una ciudad que rara vez figura en los titulares.
Hipótesis y teorías
A lo largo del tiempo, se han planteado varias hipótesis para intentar explicar el misterio. Una de las más comunes es que se trata de una travesura iniciada por adolescentes que, con los años, adquirió una dimensión inesperada gracias a las redes sociales. Otros sugieren que podría tener relación con las instalaciones deportivas cercanas, en particular las canchas de pickleball, cuya coincidencia nominal con el objeto ha generado especulación.
Algunos funcionarios locales han expresado sus propias sospechas. El administrador de la ciudad, por ejemplo, ha mencionado la posibilidad de que alguien dentro del propio personal municipal esté involucrado o tenga conocimiento del origen del tarro, aunque no existen pruebas al respecto. La Dirección de Seguridad Pública ha negado rotundamente cualquier vínculo institucional con los hechos.
Sin resolución a la vista
Pese al interés público y los intentos informales de investigación, no se ha logrado identificar al autor ni se ha comprendido su motivación. Hasta la fecha no se ha obtenido ningún resultado concreto.
El llamado «Des Peres Pickle Jar» se mantiene como una rareza local, a medio camino entre tradición espontánea, arte urbano y broma colectiva. Las autoridades invitan a cualquier persona que tenga información sobre el responsable a comunicarse con las oficinas correspondientes.
Por ahora, el tarro continúa apareciendo de forma esporádica, manteniendo vivo uno de los misterios más insólitos —y simpáticos— del área metropolitana de St. Louis.
