En el bullicioso distrito de Kyobashi, en la zona este de Osaka, hay una escena insólita que pocos turistas esperan encontrar: dos Estatuas de la Libertad observándose a escasa distancia, desde los tejados de edificios comerciales. Aunque no son muy conocidas fuera de los círculos locales, estas dos figuras se han convertido en parte del peculiar paisaje urbano de la ciudad.
Ambas estatuas pueden verse desde el cruce de la Ruta Nacional 1, en el lado norte del cruce de Kyobashi. Basta con pararse en el punto adecuado para notar que, en lo alto de dos edificios distintos, dos versiones de la famosa estatua neoyorquina parecen competir por atención.
Una de las estatuas, de color blanco, se encuentra en el lado sureste del cruce, en una zona rodeada de bares y locales de entretenimiento nocturno. más propiamente en lo alto de un pachinko (salón de máquinas recreativas y juegos de azar muy popular en Japón), y se mantiene como parte activa de la estrategia publicitaria del local. Esta figura, más parecida a la original, sigue de pie con firmeza entre hoteles, tiendas de entretenimiento para adultos y luces de neón. Algunos locales consideran que esta versión es la “más auténtica”, al menos en términos de proporciones y estilo.
La otra estatua, de color verde, se ubica en el lado noroeste del cruce. Según fuentes locales, el edificio que la sostiene pertenece (o pertenecía) a un cabaré y funciona como torre de anuncios en alquiler, con letreros de distintos negocios, desde salones de belleza hasta academias de inglés. En su base hay incluso una tienda de ramen. Este caos de estímulos —comida, placer, consumo y “libertad”— podría verse como una parodia involuntaria del sueño americano.
