Museo del Belén y Casitas de Muñecas

Guadalest, España La propia Barbie sentiría envidia de estas casitas de muñecas hiperrealistas.
Dirección: C. de la Virgen, 2, Guadalest, Prov. de Alicante Coordenadas: 38.67620, -0.19819 Línea 016 de Llorentebus desde Benidorm Free Tour por Guadalest

En lo alto de un valle, entre montañas que parecen custodiar un secreto, está Guadalest. A primera vista, un pueblo pequeño, pintoresco. Pero cada año, más de dos millones de personas llegan hasta aquí. Y muchos de ellos suben por sus calles empedradas buscando un lugar en particular: el Museo Antonio Marco.

El nombre oficial no dice tanto como lo que encierra. Algunos lo llaman el Museo del Belén y Casitas de Muñecas. Pero en realidad es algo más íntimo, más personal: la vida entera de un artista hecha maqueta.

Antonio Marco nació en Yecla, vivió en Requena, y dedicó sus ochenta años a lo mismo: construir mundos en miniatura. Su primer belén, hecho cuando era apenas un niño de ocho años, está aquí. Y también su último, terminado poco antes de morir. Dos extremos de una vida resumida en un mismo espacio.

Pero lo que sorprende no son simples casas de muñecas. No. Son casas reales… solo que a escala. Hechas de piedra, teja, cemento, madera. Con muebles diminutos, lámparas encendidas, vajillas listas en la mesa. Incluso fotos familiares escondidas en los rincones, como si alguien hubiera vivido allí.

Y al final de la visita, en la última planta, aparece lo impensable: un belén de catorce toneladas. Construido sobre la roca viva que atraviesa el edificio. Una ciudad entera ambientada a principios del siglo XX, con fuentes, cascadas, un río con peces, trenes que avanzan sobre sus rieles. Hay movimiento, hay vegetación natural, como si la maqueta respirara. Como si ese pequeño mundo estuviera vivo.

En las tres plantas también hay juguetes antiguos. Muñecos, coches de hojalata, recuerdos que despiertan la infancia de cualquiera que los mire.

El museo abrió en 1992. Y desde entonces, miles de visitantes salen con la misma sensación: sorpresa, incredulidad, emoción. Como si hubieran viajado al interior de la memoria de un solo hombre.

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