Casas Arcoíris de Houten

Houten, Países Bajos Estas viviendas, alineadas frente al lago Rietplas, se han convertido en un símbolo del lugar y en una de las imágenes más buscadas por fotógrafos.
Dirección: Vlondertuin 19, Houten, Utrecht Coordenadas: 52.01988, 5.18861 Tren desde Utrecht Centraal a Houten Castellum + 10 min a pie Free Tour por Utrecht

En Houten, al sur de Utrecht, hay un rincón que parece sacado de un sueño. Frente al lago Rietplas, una hilera de casas de colores se refleja en el agua tranquila. Rojos intensos, azules profundos, verdes brillantes. Una paleta que cambia con la luz del día y que se ha vuelto irresistible para fotógrafos de todo el mundo.

A primera vista, uno podría pensar en algún pueblo costero de Escandinavia o en una calle del Caribe. Pero no: estamos en los Países Bajos, en una ciudad diseñada para que la bicicleta sea la protagonista y donde cada detalle urbano busca convivir con la naturaleza.

Las llaman Casas Arcoíris. Y aunque no figuran en muchas guías turísticas, se han convertido en un secreto compartido, un rumor que viaja de boca en boca entre viajeros y amantes de la fotografía.

La mejor hora para verlas es cuando el sol apenas se levanta o justo antes de esconderse. La luz dorada pinta las fachadas, y los reflejos en el agua parecen duplicar la escena. Es en esos momentos cuando el lugar deja de ser real y se transforma en una postal.

Llegar no es difícil. Desde Utrecht, un tren directo lleva hasta Houten Castellum, y desde allí son solo unos minutos a pie. Quienes van en coche encuentran un aparcamiento gratuito cerca. Y aunque el barrio es principalmente residencial, basta con llevar un picnic para sentarse frente al lago y dejarse envolver por la calma.

Los mejores encuadres se logran desde los puentes de Rendiermos y Beusichemsetuin. Y si es verano, la playa de Rietplas ofrece otra perspectiva: la hilera de casas como si flotara sobre el horizonte acuático.

A pesar de su fama creciente en redes sociales, el lugar conserva algo íntimo, casi secreto. No hay multitudes. Solo el color, el agua y el silencio. Y quizá por eso impacta tanto: porque recuerda que el urbanismo también puede ser arte, que la vida cotidiana puede convivir con la belleza.

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