La Capilla de los Huesos (Capela dos Ossos), situada en Évora, Portugal, se encuentra dentro de un antiguo dormitorio franciscano. La inquietante inscripción sobre su puerta dice:
“Nosotros, los huesos, estamos aquí, esperando los tuyos”.
En el interior, los visitantes se encuentran con más de 5.000 restos humanos, exhumados de los cementerios locales en la década de 1650. Originalmente llamada la “Casa de la Desilusión”, este osario fue diseñado para inspirar el arrepentimiento y la reflexión sobre la mortalidad.
Un propósito escalofriante
La creación de estos osarios no fue exclusiva de Portugal. En toda Europa, en los siglos XVII y XVIII, los monjes adoptaron una mentalidad macabra pero con un propósito.
Consideraban que la sociedad estaba consumida por la vanidad, la riqueza y la corrupción, y creían que los recordatorios de la mortalidad eran esenciales para fomentar una vida moral. ¿Su solución? Elaboradas decoraciones de huesos, con los restos de miles de personas, como duras lecciones visuales sobre la impermanencia de la vida.
En Évora, una placa en la capilla dice:
«¿Adónde vas con tanta prisa, viajero? Detente. No sigas adelante. No tienes mayor preocupación que ésta. Recuerda cuántos han pasado por este mundo. Reflexiona sobre tu similar fin. Si por casualidad miras este lugar, detente. Por el bien de tu viaje, cuanto más te detengas, más progresarás».
Este mensaje subraya el propósito de la capilla: alentar a los visitantes a contemplar la mortalidad y vivir vidas más significativas.
Las momias colgantes
Entre las características más notables de la capilla se encuentran dos momias, que antaño estaban suspendidas del techo y ahora se exhiben en una vitrina. Las momias colgantes eran comunes en osarios como este, y a menudo servían como exhibiciones moralizantes.
Abundan las leyendas sobre estas momias. Una historia popular sugiere que eran un padre y un hijo maldecidos por su esposa y madre por maltratarla, condenados a permanecer insepultos como una lección para los demás. Sin embargo, las pruebas modernas revelaron que los cuerpos son de mujeres. La intención original de su exhibición como herramientas para el arrepentimiento se ha perdido en el tiempo.
Un destino popular pero problemático
Hoy, la Capilla de los Huesos es uno de los osarios más visitados de Europa y una de las principales atracciones de Évora. Sin embargo, su popularidad conlleva desafíos. El hacinamiento ha provocado problemas como grafitis, dientes faltantes en los cráneos e incluso el crecimiento de hongos en los huesos.
Estos problemas plantean preguntas existenciales sobre cómo los visitantes interactúan con estos sitios. Para muchos, la capilla se convierte en otro telón de fondo de Instagram, divorciado de su propósito más profundo.
Una propuesta de preservación
Para preservar la santidad de la capilla, podría ser necesario un enfoque más reflexivo. Imagine un sistema en el que los visitantes locales paguen la tarifa estándar de 5 €, pero los turistas paguen 25 € y se les exija quedarse al menos una hora. La visita podría incluir una conferencia de 30 minutos sobre la historia y la importancia de la capilla, seguida de 30 minutos de contemplación tranquila.
Si bien esta idea puede generar debate, enfatiza la importancia de comprender y respetar el contexto de lugares tan únicos y sagrados. Después de todo, el propósito de la capilla nunca fue solo exhibir huesos, sino recordarnos la fragilidad de la vida e inspirarnos a vivir con un propósito.
