Si escuchas niños gritando de fondo mientras visitas esta capilla, es porque justo afuera de sus ventanas hay una guardería o escuela primaria. Imagina asistir a la escuela justo al lado de una capilla de huesos. Esta yuxtaposición de la inocencia juvenil y la contemplación macabra marca el tono de esta peculiar parada en Faro, ubicada en el sur de Portugal.
Una Evolución Tardía en el Diseño de Capillas de Huesos
Construida a principios del siglo XIX, la Agresa do Carmo es una de las últimas capillas de huesos jamás construidas. Su diseño marca una desviación respecto a las capillas anteriores. Esta es impecablemente ordenada, limpia y distintivamente neoclásica en estilo, reflejando la evolución arquitectónica del período.
Paul Koudounaris, un reconocido experto en osarios, la describe así:
*»Entre las más extrañas de todas las capillas de huesos, ya que el impulso classicista aquí es tan fuerte que la estructura parece perder su efecto expresivo. El orden riguroso parece ser un tema tanto como la mortalidad, y la muerte termina sintiéndose de alguna manera menos opresiva de lo que normalmente se siente.»*
Los Huesos y Su Propósito
La capilla alberga 1,245 calaveras provenientes del cementerio ubicado en sus terrenos, dispuestas con una atención obsesiva a la simetría. El diseño está impregnado de numerología bíblica, con el número tres y sus múltiplos apareciendo repetidamente, posiblemente como un guiño al escudo carmelita, que incluye tres estrellas.
Sin embargo, no todos los huesos permanecen intactos. Mientras que las calaveras fuera del alcance de los visitantes están bien conservadas, las que se encuentran a nivel de los ojos han sufrido daños, probablemente debido a turistas que las golpean con sus mochilas o que manipulan los objetos de forma descuidada.
¿Son los Osarios una falta de respeto?
La pregunta de si las capillas de huesos constituyen una profanación de los muertos surge con frecuencia. ¿Son estas fantasías macabras de monjes con demasiado tiempo libre, o hay un respeto más profundo involucrado?
Muchos de los huesos en estas capillas pertenecieron a católicos que deseaban ser enterrados cerca de la iglesia. Sabían que, después de cierto tiempo, sus restos podrían ser exhumados y colocados en un osario, donde continuarían siendo objeto de oraciones y meditaciones.
Hay poca evidencia que respalde teorías conspirativas sobre católicos robando huesos de musulmanes o protestantes para construir estas capillas. En lugar de ello, estos osarios sirvieron como lugares de reverencia, honrando a los muertos y manteniendo una conexión espiritual con Dios. Aunque el robo de dientes por turistas modernos o los daños puedan parecer irrespetuosos, el propósito original dista mucho de serlo.
¿Cómo llegar?
Dirígete a la parte trasera de la Igreja do Carmo para localizar la Capela dos Ossos. Ten cuidado de no arrivar a la hora de la siesta (entre las 13:00 y las 15:00 horas de la tarde), porque encontrarás cerrado.
