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Un secreto resguardado en el número 17 del Carrer de les Ramelleres, anidado en la Plaça de Vicenç Martorell en el vibrante Raval.
Este edificio, que en un pasado acogió a la Casa de Misericordia, un antiguo convento dedicado a los huérfanos y niños abandonados, hoy alberga la Oficina de Atención Ciudadana del Ajuntament.
El Torn dels Orfes: Más que un Hueco en la Pared
No necesitas ser un observador perspicaz para intuir el propósito de este peculiar agujero, conocido como el «torn dels orfes». Aquí, en el resguardo del anonimato, las madres dejaban a los niños que no podían o no querían cuidar.
Ya fuera por limitaciones económicas, nacimientos fuera del matrimonio o simplemente porque eran hijos no deseados, este agujero en la pared guardaba historias silenciadas.
El Ritual Secreto del Torno
El funcionamiento era tan simple como significativo: depositabas al bebé en el torno, tocabas al timbre para alertar a las monjas de las Hermanas de la Caridad y girabas el mecanismo.
De este modo, la criatura daba sus primeros pasos hacia una nueva vida, adoptando el nombre del santo del día en que ingresaba al convento.
La Limosna Benevolente: Una Ranura para Cuidados Iniciales
Una pequeña ranura, estratégicamente ubicada a la izquierda del torno, cumplía un papel crucial. Aquí, se dejaban limosnas destinadas a los primeros cuidados del bebé.
Este gesto generoso, a través de la ranura, tejía un hilo de solidaridad en una realidad a menudo marcada por despedidas dolorosas.
Un Legado Silente: El Torn dels Orfes
El sistema perduró hasta 1931, y hoy, el «torn dels orfes» permanece como un testamento silencioso de esos tiempos pasados.
Este hueco en la pared lleva consigo las historias de los bebés abandonados y las madres que, en la sombra, buscaban un camino mejor para sus hijos. Tiempos que, aunque distantes, resuenan en la memoria histórica de Barcelona.
