Pregunta a cualquier habitante de Valencia acerca de ‘la pantera rosa’ y serás dirigido hacia una escultura de cuestionable gusto en el centro de la rotonda donde convergen la Calle Filipinas y la Avenida de Peris i Valero, punto de partida de todas las vías hacia el sur.
La Fuente Pública de Miquel Navarro
Conocida formalmente como La Fuente Pública, fue concebida por el arquitecto valenciano Miquel Navarro y ensamblada en 1984 para conmemorar el Canal Túria-Júcar, aunque se desconoce si el canal solicitó alguna vez tal conmemoración ni expresó agradecimiento al respecto.
La llegada de la Pantera Rosa marcó un cambio radical para Valencia, una urbe en pleno crecimiento urbano y transformación paisajística, que no estaba acostumbrada a esculturas tan innovadoras y desafiantes como la que representaba esta fuente en aquel entonces.
Su denominación oficial, La Fuente Pública, conllevó un desembolso considerable de 5 millones de pesetas de la época, equivalente a 30,000 euros. A pesar de su propuesta original, que rompía con la estética de las fuentes predominantes en la ciudad, obtuvo la aprobación unánime de todos los partidos políticos de la época.
No era una pantera ni era rosa
A pesar de esto, el creador admitió en diversas entrevistas posteriores, como la concedida a Valencia Plaza, que apenas obtuvo beneficios con la fuente debido al presupuesto limitado. De cualquier manera, este fue su primer proyecto escultórico público de envergadura, que incorporaba un toque de ingenuidad y un tributo parcial a su infancia. A pesar de las críticas vertidas por los medios de la época, gradualmente La Pantera Rosa se convirtió en un atractivo, incluso turístico, para los visitantes.
A pesar de que en un principio no llevaba este nombre, finalmente se impuso el apodo de La Pantera Rosa, haciendo referencia a su tono de óxido metalizado y a una apariencia que evoca al famoso dibujo animado, aunque alejada de su concepción original. «Lo imaginaba más como un insecto. Era una suerte de gárgola, inspirada en los respiradores de agua de las acequias tan comunes en la huerta valenciana», señaló Navarro a la mencionada fuente.
Aunque en ocasiones ha sido descuidada por las autoridades municipales, parece que en la actualidad, la emblemática Pantera Rosa ha recuperado el espacio que le corresponde en la ciudad de Valencia. ¡Que perdure la fuente de La Pantera Rosa!
La Pantera Rosa en el Imaginario Colectivo
Consulta a cualquier persona fuera de Valencia sobre la Pantera Rosa y, por supuesto, rememorarán las destacadas interpretaciones de Peter Sellers como el Inspector Clouseau, aunque existe una conexión valenciana no muy reconocida con la serie cinematográfica.
El Legado de Sellers y una Conexión Valenciana
Tras el fallecimiento de Sellers en 1980, los productores intentaron capitalizar el nombre con una película de la Pantera bastante inferior. Ted Wass desempeñó el papel del Inspector Clouseau, más o menos, entremezclando ‘impasible’, en lo cual Sellers era un virtuoso, con ‘naturaleza muerta’.
Valencia como Escenario de la Filmación
La filmación tuvo lugar en la ciudad de Valencia, donde se aprecia el Hotel Astoria, punto de partida para héroes y villanos. La plaza pintoresca frente al hotel con su fuente y árboles sombreados, Plaza Rodrigo Botet, es escenario de celebraciones durante el renombrado festival de las Fallas de la ciudad, que tiene lugar cada año a mediados de marzo para conmemorar el inicio de la primavera o San José y los carpinteros (los fabricantes de muebles, no aquellos que buscan acercarse), si se prefiere.
Las Fallas y su Esencia Ruidosa
El epicentro de las Fallas es la Plaza del Ayuntamiento, también presente en la película con multitudes celebrando mientras uno de los tres cohetes que marcan el comienzo del espectáculo diario de fuegos artificiales, conocido como la ‘Mascletá’, estalla. Lamentablemente, las celebraciones de las Fallas se confunden con el Carnaval en lo que respecta a los disfraces, y el baile tradicional parece más un salto con pértiga pogo posmoderno. Las cabezas gigantes tampoco forman parte del festival.
El Filming en Ibiza y el Último Rol de David Niven
La filmación también abarcó Ibiza, donde se observa una villa entre las montañas y una piscina repleta de individuos desnudos disfrutando de un baño de barro. Esta fue la última película de David Niven, y entre sus últimas palabras en pantalla se encontraban: «partió hacia Valencia. Está en España». Aunque no es una cita clásica, al menos es geográficamente precisa.