La Casa de los Gatos

Valencia, España El pequeño tamaño de esta casa significa que no se permiten humanos.
Dirección: C/ del Museu, 11, Valencia, España Coordenadas: 39.47977, -0.37946 Autobuses 28, 95, C1; parada Na Jordana Free Tour por el Barrio de El Carmen

A lo largo de los tiempos, las comunidades felinas en El Carmen, dentro de la Comunidad Valenciana, han resistido los embates de los fenicios, los romanos, los árabes, la reconquista cristiana y la Guerra Civil española. En una esquina de este barrio medieval se halla su morada, una pequeña edificación con techo, balcón y fuente de mármol que evoca la entrada a «Alicia en el país de las maravillas».

Dentro de esta vivienda reside una familia de gatos que se ausenta durante el día, regresando únicamente a la medianoche. Su territorio abarca plazas, rincones, tejados y viviendas del pintoresco barrio medieval.

La ciudad alberga más de 12.000 felinos, distribuidos en unas 500 colonias, mayoritariamente concentradas en El Carmen. Esta proliferación ha motivado al ayuntamiento a desarrollar un plan para controlar su número y delegar la tarea de alimentarlos a personas debidamente autorizadas.

Los vecinos se encargan de cuidar y alimentar a estos gatos como si fueran uno más de la comunidad. Alfonso Yuste, artesano y escultor, se cuenta entre aquellos que adoptan este compromiso. En 2003, decidió erigir la fachada de la casa de los gatos en el lugar donde previamente existía una antigua guarida felina.

La casa, con una inscripción en valenciano que reza «A la memoria dels cuatre gats que quedaren al Barri del Carme l’any MXCIV. Mai se les va a sentir un miau mes alt que altre» (En memoria de los cuatro gatos que quedaron en el Barrio del Carmen en el año 1094. Nunca se los escuchará un miau más alto que otro), despierta diversas fantasías entre quienes la observan.

La leyenda que rodea esta peculiar fachada nos transporta al año 1094, durante la era del Cid Campeador, cuando los cristianos empezaron a considerar a los gatos como seres demoníacos y buscaron exterminarlos, dejando literalmente solo cuatro gatos en la zona.

En el muro de apoyo de la casa felina emerge otra figura animal, una cabra de piedra que evoca una tradición de familias gitanas que entretenían subiendo y bajando una cabra por una escalerilla mientras tocaban música con un organillo.

En 1957, durante la inundación provocada por el desbordamiento del río Turia, el agua subió dos metros e inundó todas las casas, incluyendo el jardín de los gatos.

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