Si tomas el Long Island Railroad desde Penn Station, podrías notar una entrada roja cerca de los baños. Es fácil de pasar por alto, pero esta estructura discreta es, en realidad, una de las últimas reliquias supervivientes de la Penn Station original.
La Gloria de la Penn Station Original
En 1910, la Pennsylvania Railroad Company construyó la Penn Station original en la ciudad de Nueva York. Diseñada en el estilo Beaux-Arts, fue considerada una obra maestra de la arquitectura y una de las estructuras más grandiosas de la ciudad. La estación fue un símbolo de progreso y elegancia, sirviendo como puerta de entrada a la ciudad durante décadas.
La Caída de un Hito
Después de la Segunda Guerra Mundial, el tráfico de pasajeros disminuyó significativamente. En la década de 1950, la estación había caído en un estado de deterioro. En busca de alivio financiero, la Pennsylvania Railroad vendió los derechos aéreos de Penn Station.
Aunque las plataformas subterráneas seguían operativas, el gran edificio de arriba fue demolido en 1963 para dar paso al Madison Square Garden. Esta destrucción fue ampliamente considerada como «un acto de vandalismo histórico».
El Redescubrimiento de la Entrada
En 2012, WNYC preguntó a la MTA sobre la entrada roja. Inicialmente, la MTA negó que fuera parte de la Penn Station original. Sin embargo, tras una revisión, confirmaron su autenticidad. Esta entrada había sido cerrada con ladrillos en 1963 cuando se demolió la estructura de la estación. Luego, durante una gran renovación a principios de la década de 1990, las paredes fueron removidas, revelando el pasaje olvidado.
En lugar de ser retirada o reutilizada, el contratista a cargo de la renovación decidió restaurar la entrada y ponerla de nuevo en funcionamiento. Aunque la Penn Station original ya no existe, esta pequeña entrada sigue siendo una conexión tangible con su legado.