Si abrimos Instagram y ponemos el «hashtag» #barcelona, seguro que aparecen muchas fotografías junto a esta escultura de la artista alemana Rebecca Horn: L’Estel Ferit (La Estrella Herida). Una obra llena de emociones y recuerdos para los barceloneses preolímpicos, que ya se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad. Es la representación de la esencia de la Barceloneta.
¿Y por qué digo esto? Pues bien, esta obra se alzó en plena remodelación de la ciudad,cuando Barcelona se abría al mar; para exponerse al mundo con unos Juegos Olímpicos que llegaban. Una obra que conmemora a los damnificados de la nueva ley de Costas. A todos aquellos míticos chiringuitos de la Barceloneta llenos de encanto, que ocupaban la primera línea marítima del barrio.
Escultura de diez metros de altura, formada por cuatro bloques de acero, rodeados de ventanales de vidrio. Unos bloques que también recuerdan los cuartos de casa del barrio, surgidos en el siglo XIX, de los trabajadores del puerto. Pisos que todavía existen: de unos 30 metros cuadrados, minúsculos.
Rebecca Horn trabaja la escultura vinculada a las emociones como el miedo, el amor o la pasión.
