La Tumba de Harry Potter

Ramle, Israel Alerta de spoiler: Harry Potter está muerto.
Dirección: Rabat St, Ramla, Israel Coordenadas: 31.92943, 34.88525 30 minutos desde Tel Aviv-Yafo

En el cementerio militar británico de Ramle, en Israel, hay una tumba que en los últimos años se ha convertido en una parada inesperada para muchos turistas. No está decorada con magia ni con símbolos extraños. Es una lápida simple, blanca, como tantas otras. Pero tiene un nombre que, para millones de personas en el mundo, significa otra cosa.

Harry Potter.

No el niño mago de los libros. No el que sobrevive a Voldemort ni el que estudia en Hogwarts. Este Harry Potter era real. Nació en 1920 en Kidderminster, una ciudad inglesa conocida por sus alfombras. Fue el sexto de ocho hijos. A los 14 años dejó la escuela y empezó a trabajar en una fábrica. Dos años después, mintió sobre su edad y se enlistó en el ejército.

Muerte de Harry Potter

En 1938, con apenas 18 años, ya era parte del 1er Batallón del Regimiento de Worcestershire. Fue enviado a Palestina, entonces bajo mandato británico, para enfrentar una revuelta armada. Los palestinos reclamaban su independencia. Pero a Harry no le tocó decidir en qué bando estaba. Solo obedecía órdenes. Lo trasladaron de ciudad en ciudad, hasta que finalmente lo asignaron a un sitio al sur de Hebrón, conocido entre los soldados como “The Pumpet”, una estación de bombeo que surtía agua a la región.

Ahí, en medio del calor, la tensión, y los días interminables, escribió una carta a su madre. Una carta corta, sin grandes revelaciones. Le decía que esperaba estar en casa para Navidad. Que estaban nadando mucho. Que escuchara las noticias, porque los del Worcestershire estaban haciendo un buen trabajo. Le mandaba saludos a su hermana, a su hermano pequeño… y le recordaba que no se había olvidado de la bicicleta que le había prometido.

La carta llegó a casa un día después que la notificación oficial de su muerte.

El 22 de julio de 1939, la Compañía D, a la que pertenecía, se enfrentó con un grupo armado en la carretera entre Hebrón y Beerseba. Harry cayó en ese combate. Tenía 18 años. Fue enterrado en Ramle, bajo una lápida blanca, con su nombre grabado y la fecha de su muerte.

Del olvido a la fama

Durante casi setenta años, nadie fuera de su familia y sus compañeros lo recordaba. Pero el mundo cambió. En los noventa, una escritora británica publicó una historia sobre otro Harry Potter, uno con cicatriz en la frente y una varita mágica. Y así, lo improbable ocurrió: la tumba del soldado olvidado comenzó a recibir visitas. Algunas con flores. Otras con notas. Muchas, simplemente, con curiosidad.

En 2010, cuando se estrenó la penúltima película de la saga, medios británicos descubrieron la historia del verdadero Harry Potter. Entrevistaron a sus hermanos, ya ancianos. Y la tumba, esa lápida sencilla en un cementerio lejos de casa, apareció en la página oficial de turismo de Ramle.

Y aunque nadie lo planeó así, ahora el nombre de Harry Potter, ese nombre compartido por millones de lectores y por un joven que murió demasiado pronto, une dos mundos. Uno real. El otro imaginario. Pero los dos, al final, llenos de magia.

Saber antes de ir

Puedes visitar el cementerio de lunes a viernes, entre las 8:00 y las 14:30. Ten en cuenta que cierra los sábados y domingos. La entrada principal es apta para sillas de ruedas. Si planeas conducir desde Tel Aviv-Yafo, el viaje te llevará alrededor de media hora.

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