En el Royal Air Force Museum de Cosford, dentro de la National Cold War Exhibition (inaugurada en 2007 para narrar la historia y significado de la Guerra Fría), uno esperaría encontrarse con aviones espía, fragmentos del Muro de Berlín o vitrinas sobre la crisis de los misiles. Y sí, todo eso está ahí. Pero lo que realmente roba miradas no es un bombardero V-bomber ni una muñeca rusa gigante, sino un inesperado personaje: Lenin, convertido en vendedor de souvenirs.
La estatua, situada estratégicamente sobre el techo donde están las cajas registradoras, muestra al líder soviético con su típica ropa, las piernas firmes y el brazo derecho extendido. En su mano, originalmente vacía, el museo ha colocado una bolsa oficial de la tienda, como si estuviera entregando el pedido a un cliente satisfecho. El resultado: un Lenin que parece haberse rendido al sistema y ahora trabaja por el salario mínimo y propinas para llegar a fin de mes, en lugar de liderar revoluciones.
El contraste es delicioso. Un símbolo del comunismo presidiendo un espacio comercial en pleno museo británico, vendiendo imanes de nevera y maquetas de aviones de la RAF. Tal vez no sea el Lenin de la revolución, sino el del capitalismo tardío: un hombre que ha cambiado la hoz y el martillo por un turno de ocho horas en un gift shop.
El resto de la exhibición acompaña el juego visual. La cafetería está ambientada como el Checkpoint Charlie, con alambres de púas, focos y mesas entre barreras a rayas, mientras los aviones Vulcan, Victor y Valiant están presentes como testigos silenciosos de la ironía histórica.
Y aunque no hay datos sobre el origen de la estatua, algunos objetos del museo fueron comprados en eBay, como un coche Trabant de Europa del Este. Quién sabe… tal vez este Lenin también fue una ganga online: un símbolo comunista adquirido al mejor postor de un país capitalista.
Una pizca de humor, poesía y curiosidades
Mientras investigaba sobre esta estatua de Lenin, encontré un poema en japonés dedicado específicamente a ella. Sin embargo, el poema está lleno de juegos de palabras propios del idioma japonés, por lo que pierde algo de sentido y gracia al traducirlo al español. Por eso, aquí les comparto un poema en español equivalente, dedicado exclusivamente a esta estatua:
¡Compañeros, escuchen con atención!
Lenin no yace en mausoleos fríos,
sino en la tienda, en lo alto, erguido,
con bolsa de plástico en mano firme,
vendedor del capitalismo sublime.
¡Oh camaradas, no os alarméis!
No es rendición, ni traición absurda,
es la revolución que cambia el juego,
del martillo al ticket, sin miedo.
De hoz y martillo a imán barato,
la lucha continúa en cada regalo,
Lenin sonríe desde su pedestal,
empleado del mes, el rojo capital.
¡Proletarios de tiendas, uníos ya!
Que el legado no muera, ni se pierda,
Lenin en oferta es nuestra guía,
hacia un futuro… donde el alma se vende,
y la revolución se empaqueta en bolsas de plástico.
