Les Mosques: la Calle más Estrecha de Barcelona

Esta peculiar vía es la más estrecha de la ciudad y su oscuridad esconde multitud de secretos.

Dirección: Carrer de les Mosques, Barcelona, España

Cordenadas: 41.3851131,2.1826549

Metro: Jaume I (L4)

Calle de las Doncellas

Si la calle Anisadeta es la más corta, la más angosta de la historia de Barcelona fue la calle de las Doncellas. Con un acceso de 1,29 metros, una salida de 1,35 y un cuello de botella de solo 1,12 metros, la apertura de la Via Laietana en 1909 lo condujo a la desaparición.

En 1926 el periódico La Veu de Catalunya lo identificó como «la calle más estrecha de Barcelona». No había ningún establecimiento. Prácticamente solo una persona podía pasar, de pared a pared».

Calle de Les Mosques (Las Moscas)

En la actualidad, este honor corresponde a la calle de Les Mosques, que en su punto más angosto tiene una amplitud de 1,48 metros: está ubicada detrás de la Basílica de Santa Maria del Mar  y conecta la calle Montcada con Flassaders.

La historia de la calle de les Mosques se remonta a la Edad Media, un período en el que las calles estrechas eran habituales en la planificación urbana de las ciudades europeas. En el caso de esta calle en particular, su estrechez no fue una opción estética, sino más bien una consecuencia de las restricciones de espacio y la densidad de la arquitectura medieval.

Origen del nombre Les Mosques

El nombre de esta singular calle se debe a que una gran cantidad de moscas eran atraídas por el intenso olor que provenía de allí. Este olor se originaba en los numerosos almacenes repartidos por el pasaje y sus alrededores, donde se guardaban las mercancías sobrantes y en mal estado procedentes del Mercado de Santa María, en el Born. La estrechez de la vía y la cantidad de alimentos almacenados dificultaban la ventilación y generaban un hedor muy fuerte que atraía a estos insectos, dando así nombre a la calle.

Malas noticias para los turistas

En la actualidad, lamentablemente para los visitantes, el pasaje está cerrado con una valla en ambas entradas. Esta medida se tomó en 1991 debido a la conducta incívica de muchos ciudadanos, que usaban la oscuridad de la vía como un lugar para orinar públicamente.

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