El monumento a Calderón de la Barca, situado en la parte alta de la Plaza Santa Ana, viste ropajes eclesiásticos, pues era cura, viste con el hábito de la Orden de Santiago, cuya cruz cuelga de un medallón en su pecho. Está sentado en actitud meditativa, con un libro entre su mano y rodilla izquierda. En la parte frontal se lee una inscripción sencilla en bronce que dice «Calderón de la Barca».
Fue realizada por el escultor Juan Figueras y Vila en mármol blanco.
Los lados están adornados con figuras en alto relieve de niños que representan distintos géneros literarios. En el lado izquierdo, mirando frente al monumento de Calderón de la Barca, tenemos la poesía y la guerra. También verás una figura femenina sujetando una máscara, símbolo del teatro. En el lado derecho, vemos la figura en alto relieve de los niños, pero esta vez representando la comedia y la tragedia.
En su pedestal, por sus cuatro lados se disponen relieves escultóricos que representan algunas de sus más famosas obras literarias: La vida es sueño, El alcalde de Zalamea, La danza de la muerte y El escondido y la tapada.
En realidad, podríamos hablar de monumentos más que de una simple estatua, porque tiene muchísima decoración y está llena de simbolismo.
El poeta y dramaturgo nació y vivió en la villa entre 1600 y 1681. Él fue uno de los principales representantes del Siglo de Oro español. De hecho, estrenó buena parte de sus obras en los corrales de comedia, concretamente en el Corral del Príncipe, hoy Teatro Español.