Museo de Microminiaturas Manuel Ussá

Guadalest, España Estas obras imposibles fueron creadas sin ayuda de láseres ni máquinas de precisión, elaboradas únicamente con pulso y respiración contenida.
Dirección: Pl. San Gregorio, 14, Guadalest, Prov. de Alicante Coordenadas: 38.67726, -0.19809 Línea 016 de Llorentebus desde Benidorm Free Tour por Guadalest

En el pintoresco pueblo alicantino de Guadalest, muy cerca de Benidorm, se encuentra uno de los museos más singulares de España: el Museo de Microminiaturas. Este espacio, instalado en la que fue la casa del escultor y pintor Manuel Ussá, reúne una colección única que desafía los límites de la paciencia y la precisión humanas.

Manuel Ussá, considerado uno de los grandes maestros de la miniaturización artística, dedicó gran parte de su vida a crear obras imposibles sin ayuda de láseres ni máquinas de precisión. Sus piezas fueron elaboradas únicamente con pulso, respiración contenida e instrumentos diseñados por él mismo. Para lograr algunos de sus trabajos más complejos, debía aplicar las pinceladas entre los latidos de su corazón, en un ejercicio de concentración casi sobrehumano.

El resultado son auténticas maravillas que solo pueden apreciarse mediante lupas de gran aumento o incluso microscopios. No en vano, el museo se presenta como “un arte invisible para el ojo humano”. Entre las piezas más sorprendentes destacan:

  • La Torre Eiffel colocada en el ojo de una aguja.
  • La “Maja Desnuda” de Goya pintada en el ala de una mosca.
  • “Los fusilamientos del 2 de Mayo” de Goya representados sobre un grano de arroz.
  • Una versión reducida de “La Piedad” de Miguel Ángel.
  • “Las Meninas” de Velázquez sobre un grano de maíz.
  • Las “Tres Gracias” de Rubens en un grano de arroz.
  • Una Venus desnuda acompañada de un perro dentro de una semilla.
  • Un zoológico con 20 animales tallados sobre una hoja microscópica.
  • “Las Lanzas” de Velázquez en la concha de un caracol.
  • Una mosca con un autorretrato de Velázquez en su lomo.
  • Escenas pastoriles, esculturas suspendidas con hilos microscópicos y figuras femeninas integradas en ojos de aguja o semillas.

La obra más sorprendente y considerada un récord mundial es una rosa pintada en la sección de un cabello humano, veinte veces más pequeña que un milímetro. Sobre la flor se posa un pájaro que, a su vez, sostiene un gusano en el pico. Solo con ayuda de binoculares especiales puede apreciarse este prodigio de detalle.

El Museo de Microminiaturas es, en definitiva, un homenaje a la paciencia y el talento de Manuel Ussá, que, ya nonagenario, ha dejado de crear nuevas piezas pero cuyo legado sigue asombrando a los visitantes. Además, en la parte baja de Guadalest se encuentra el Museo Microgigante, también dedicado a miniaturas y esculturas del mismo autor, lo que convierte a este pequeño pueblo en un verdadero epicentro del arte diminuto.

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