Uno de los emblemas más significativos de la Guerra Fría ha encontrado un nuevo destino en Miami. Un fragmento del Muro de Berlín viajó desde las afueras de la ciudad que lleva su nombre hasta Hamburgo, luego cruzó más de 8.000 kilómetros de agua hasta Port Everglades y, finalmente, llegó a Miami. Una grúa elevó la sección de 4.500 kilos de un camión para situarla en el campus Wolfson del Miami Dade College.
El fragmento, revelado en el 2014, es un regalo del Consulado General de Alemania en Miami para la ciudad de Miami, con el propósito de expresar su agradecimiento a los Estados Unidos por su respaldo durante el tumultuoso siglo XX.
«Los arquitectos políticos idearon este muro con la intención de que durara eternamente, para confinar a su pueblo y mantenerlo alejado del mundo libre», expresó el cónsul general alemán, Juergen Borsch, durante la ceremonia. «Fallaron en todos los sentidos. Y hoy, en Miami, tendremos este fragmento de muro, que permanecerá erguido para siempre, recordándonos cada día que es posible derribar muros y fronteras únicamente con el poder del pueblo».
¿Cómo llego a Miami?
Borsch concibió la idea de presentar el fragmento en el año 2013 y la compartió con el alcalde de Miami en ese tiempo, Tomás Regalado, y con el presidente del Miami Dade College, Eduardo Padrón, quienes se mostraron muy entusiasmados.
Borsch inició el proceso de encontrar un segmento disponible y trasladarlo a Miami. Gracias a la colaboración de la empresa de logística TEfra Travel Logistics, con sede en Alemania, el fragmento llegó tres semanas antes de la ceremonia, luego se instaló en el campus MDC-Wolfson para que el público pudiera apreciarlo.