Las Cariátides de Highpoint II

Londres, Inglaterra Cómo un edificio de apartamentos inglés revela el doloroso pasado judío de un arquitecto.
Dirección: 12 North Rd, Londres, Reino Unido Coordenadas: 51.57438, -0.15039 Underground: Highgate (Northern Line) Free Tour por Londres

En la entrada de Highpoint II, un edificio modernista construido en los años 30 en lo alto de Highgate Hill (Londres), dos figuras femeninas esculpidas llaman la atención de quienes llegan al lugar. Vestidas con túnicas tradicionales, estas cariátides sustituyen las columnas convencionales y parecen sostener el porche de acceso. Su presencia resulta desconcertante en un edificio racionalista y sobrio, diseñado por el arquitecto Berthold Lubetkin, conocido por su lealtad al estilo modernista.

Una contradicción deliberada

La arquitectura moderna del siglo XX rechazaba casi por completo los ornamentos clásicos. En ese contexto, el uso de cariátides —figuras típicas de la arquitectura griega— era prácticamente un anatema. Por eso, la elección de Lubetkin se considera una ruptura llamativa con los principios de su propia escuela. Más aún si consideramos que las esculturas fueron copiadas directamente de las famosas cariátides del British Museum, que a su vez proceden del Erecteion en la Acrópolis de Atenas.

Esta elección no fue accidental. Por un lado, se ha interpretado como una respuesta irónica a las críticas que el arquitecto recibió por parte de los vecinos del barrio, quienes consideraban su edificio como una intrusión moderna entre casas victorianas y georgianas. Pero las razones parecen ir más allá del sarcasmo.

Más que una broma arquitectónica

Según la historiadora Deborah Lewittes, autora de un estudio profundo sobre Highpoint II, las cariátides esconden un significado autobiográfico y político. Lubetkin rara vez hablaba de su pasado. De origen judío, nacido en Rusia, había vivido de cerca el ascenso del antisemitismo en Europa. En Inglaterra, aunque más seguro, también enfrentó un entorno social hostil hacia los extranjeros y judíos. Ocultó su herencia judía incluso a sus propios hijos.

Lewittes sostiene que estas figuras clásicas, colocadas de manera tan deliberadamente “fuera de lugar”, representan un acto de resistencia silenciosa. Una especie de “respuesta vocal a la exigencia de permanecer callado, tanto como judío como modernista, en una sociedad que odiaba ambas cosas”.

Un hallazgo familiar refuerza esta hipótesis: Los padres de Lubetkin morirían en Auschwitz y casi nada de su vida quedó cuando se disipó la niebla de la guerra. Pero la hija de Lubetkin, Louise Kehoe, descubrió la verdad sobre la historia de su padre tras su fallecimiento. En sus memorias , escribió sobre el hallazgo de una fotografía de la casa bombardeada de sus abuelos en Varsovia, tomada por Lubetkin después de la guerra. Entre los escombros se encontraron cariátides destruidas.

Aunque no puede hablarse estrictamente de nostalgia, el eco personal es evidente.

Arquitectura como símbolo

Las cariátides de Highpoint II no solo decoran: cuentan una historia compleja, que cruza la arquitectura con la identidad, el trauma y la ironía. En medio de un edificio funcional y moderno, evocan un pasado trágico y desafiante, resistiendo de pie como testigos mudos de una Europa desgarrada.

Para algunos, son una broma. Para otros, un guiño culto. Pero para quienes conocen la historia de su autor, estas cariátides hablan en silencio más fuerte que cualquier manifiesto arquitectónico.

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