Nos hemos acostumbrado a caminar por la ciudad mirando hacia arriba y hacia abajo. Sin embargo, también podemos descubrir lo inesperado mirando hacia adelante. En la esquina de Madison Avenue y East 25th Street, se encuentra un monumento al Holocausto que es discreto pero austero y profundamente conmovedor. Su tamaño reducido puede hacer que sea fácil de pasar por alto, pero al estar a la altura de los ojos, es un monumento evocador que vale la pena observar detenidamente en la fachada del anexo del Tribunal de la División de Apelaciones.
Detalles Estremecedores
El edificio de cinco pisos que contiene la escultura fue construido en la década de 1950, como una ampliación del edificio principal de mármol, que fácilmente eclipsa al anexo con su abundancia de elementos decorativos Beaux-Arts, característicos de la era de la «City Beautiful». Sin embargo, una mirada más cercana al anexo revela una obra de arte público un tanto diferente. En la base de un relieve, se encuentra tallada una vista aérea de Auschwitz, titulada «Monumento a las víctimas de la injusticia del Holocausto».
Detalles estremecedores, como los nombres de ubicaciones y divisiones específicas, tales como la Cámara de Tortura y el Comandante dentro del campo, añaden mayor significado.Para reforzar este argumento, alrededor de la escultura están grabadas las frases: «La indiferencia ante la injusticia… es la puerta al infierno», un mensaje que se vuelve más conmovedor dada su ubicación en un palacio de justicia.
Significado y Contexto
Encargado por el Tribunal de Apelaciones, el monumento al Holocausto es una obra de la artista Harriet Feigenbaum. Feigenbaum basó la pieza en una fotografía aérea tomada el 25 de agosto de 1944 por la 15ª Fuerza Aérea del Ejército de EE. UU. La elección del material de referencia por parte de Feigenbaum cuestiona el carácter moral de los aliados, quienes, al tomar la fotografía, mostraron su conciencia de la existencia del campo y, al mismo tiempo, su indiferencia para abordar esa realidad. De esta manera, resalta los horrores que surgen cuando la ley y la justicia son dejadas de lado.
Esta obra de arte pública en particular logra ser impactante y discreta al mismo tiempo, lo que la convierte en merecedora de una pausa y una inspección de cerca.
