Este lugar, tan color pastel de comunión y tan vanidoso de ver pasar y medir el tiempo, es el edificio Grassy. Debe su nombre a Alexandre Grassy, un relojero descendiente de orfebres milaneses que vino a Madrid a hacerse rico. Además de vender relojes, Grassi los coleccionaba y estaba eminente obsesionado.
Entre los relojes más curiosos, destaca un mono autom como la pieza más antigua de la colección: un reloj de sobremesa, manufactura de Núremberg y fabricado en bronce dorado, tallado y pintado entre 1550 y 1560. La base oval en la que se instala el mecanismo de hierro sostiene a las dos figuras automáticas y al dial del reloj.
El simio mueve sus ojos siguiendo el ritmo del péndulo. A medida que avanzan las horas, abre su boca, eleva su mano para observarse en un espejo, mientras que el paje alza su bastón. En la superficie de la base se encuentran 3 discos con números y manecillas para indicar los cuartos y la campanada, junto con un indicador para activar la repetición del sonido cuando se desee. El dial se encuentra encastrado en un escudo adornado con volutas, placas decorativas y dos caras de guerreros.
Museo del Reloj Antiguo
En el sótano del Edificio Grassy, situado en la dirección inicial de la Gran Vía, reside uno de los museos más excepcionales de Madrid: la colección de relojes antiguos creada por F. Pérez de Olaguer-Feliu y ampliada por el joyero Alexandre Grassy, quien generosamente decidió compartirla con todos aquellos interesados que visitaran su establecimiento.
Con cita previa, está accesible al público los miércoles a las 12:00h y los jueves a las 17:30h. No es meramente una atracción; en sus estancias se presentan objetos de inestimable valor, incluyendo un autómata producido en Núremberg a finales del siglo XVI, dos relojes de cuco holandeses de la misma época, diversos relojes-jarrón franceses del siglo XVIII y varios artefactos japoneses diseñados para calcular el transcurso del tiempo.
Pero si en algo son especialistas en esta joyería, es en relojes de pulsera. Hay varias teorías acerca del origen de los relojes de pulsera. Parece ser que el primero era de la hermana de Napoleón, que lo puso de moda entre la Jet set de la época.
Saber antes de ir
La entrada es gratis pero se debe reservar con anticipación en grassy.es