En el distrito de Ikuno, al sureste de Osaka, se levanta una de las versiones más peculiares y antiguas de la Estatua de la Libertad en Japón. No está en un parque, ni en la azotea de un hotel o centro comercial, sino coronando el techo de un tradicional sentō —baño público japonés— llamado Gengahashi Onsen (源ヶ橋温泉).
Construido en 1937 con una fachada de estilo occidental, este edificio es reconocido como el primer sentō del país inscrito como Bien Cultural Registrado. Este edificio también es conocido por albergar la Estatua de la Libertad más antigua que aún se conserva en Japón. Su arquitectura combina elementos japoneses y occidentales en un estilo shōwa modan (modernismo de la era Shōwa): techos con shachihoko (figuras mitológicas de pez y tigre), ventanas redondeadas y detalles ornamentales que lo convierten en una obra única.

Pero lo que más llama la atención a los visitantes son las dos estatuas de la Libertad que se alzan simétricamente sobre el tejado. A diferencia de la original neoyorquina, estas no sostienen una antorcha, sino el símbolo japonés de las aguas termales (♨). Se trata de un diseño único: no se conoce otro lugar en Japón —ni en el mundo— donde haya un par de estatuas de la Libertad dispuestas en espejo y con esta peculiar adaptación.
El origen del insólito diseño
La razón detrás de estas estatuas es tan curiosa como reveladora del humor osakaense. Según la tradición oral y testimonios recogidos por entusiastas de los sentō, la inspiración provino de un juego de palabras: “nyūyoku” (入浴, bañarse) y “Nyūyōku” (ニューヨーク, Nueva York). La coincidencia fonética llevó al propietario original a colocar una Estatua de la Libertad… y luego a duplicarla en versión simétrica, añadiendo el guiño del símbolo de aguas termales.
Este tipo de humor visual no es ajeno a Osaka, ciudad conocida por su creatividad cómica y su inclinación a reinterpretar iconos internacionales con un toque local. En este caso, la broma se convirtió en un emblema arquitectónico y cultural.
Restauración y preservación
Aunque Gengabashi Onsen dejó de funcionar como baño público, el edificio y sus dos Estatuas de la Libertad han sido cuidadosamente restaurados para preservar su encanto único. La restauración no solo protegió su diseño distintivo —incluidos los vitrales circulares que flanquean a las estatuas—, sino que también aseguró que el lugar continúe siendo un querido punto de referencia comunitario y un símbolo perdurable del carácter lúdico del patrimonio arquitectónico de Osaka.