La Iglesia Templaria de Palma de Mallorca

Palma de Mallorca, España La Iglesia del Temple, poco conocida incluso por locales, revela la historia medieval de Mallorca y el legado templario en la isla.
Dirección: Carrer del Temple, 9, Palma de Mallorca, España Coordenadas: 39.56773, 2.65463 Autobuses: 23, 25, 31, 35, A1; parada 458-Porta des Camp Free tour de los misterios y leyendas de Palma de Mallorca

En el año 1229, los caballeros de la Orden del Temple acompañaron al rey Jaime I de Aragón en la conquista de Mallorca, una isla que estaba bajo el dominio musulmán desde el siglo X.

Tras la ocupación de la ciudad de Palma, que pasó a llamarse Ciutat de Mallorca, el monarca aragonés repartió el territorio entre sus aliados y colaboradores, según el documento conocido como el Llibre del Repartiment.

Entre las tierras y propiedades que cedió el rey, se encontraba la zona donde estaba enclavada la Almudaina de Gómara, una antigua fortaleza musulmana que los templarios convirtieron en su sede principal en la isla. Todo el distrito pasó a denominarse Partit del Temple, y abarcaba desde la muralla de la ciudad hasta el mar.

La Almudaina de Gómara y la iglesia del Temple

La Almudaina de Gómara era un recinto fortificado que constaba de una muralla exterior, una puerta principal flanqueada por dos torres cuadradas, y un patio interior donde se ubicaban el palacio, la mezquita y otras dependencias. Los templarios adaptaron la estructura a sus necesidades, y transformaron la mezquita en una iglesia dedicada a la Virgen María, conocida como la iglesia u oratorio del Temple.

La iglesia del Temple es una de las construcciones más antiguas y singulares de la ciudad de Palma. Se trata de una edificación de nave única, dividida en tres tramos con bóveda de crucería, que se apoya en pilares con ventanales de forma circular.

En los laterales, se abren doce capillas de reducidas dimensiones, que se comunican entre sí por arcos de medio punto. El estilo de la iglesia es gótico inicial, con elementos románicos visibles en el atrio, en la puerta principal y en las capillas laterales de la zona de ingreso.

Al cruzar el atrio, se descubre un pórtico de estilo gótico, y dos pilas de agua bendita que representan los cascos con que los caballeros templarios protegían sus cabezas. En la capilla más antigua del recinto, situada a la izquierda del portal de acceso, se conserva la imagen del Cristo crucificado, cuyas columnas están rematadas por capiteles muy parecidos a las columnas que sostienen el altar mayor de la catedral de Palencia.

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El castillo del Temple y sus secretos

El castillo del Temple fue el custodio del inmenso botín que los ejércitos conquistadores arrebataron a los musulmanes tras la conquista de Mallorca, y también del archivo real que atesoraba entre muchos documentos de gran importancia el Llibre del Repartiment, imprescindible obra de consulta para los amantes de la historia.

Los templarios mantuvieron su presencia en la isla hasta el año 1312, cuando la orden fue suprimida por el papa Clemente V, acusada de herejía y blasfemia. El rey Jaime II de Mallorca se hizo cargo de sus bienes, y los entregó a la Orden de Montesa, una nueva institución militar creada para sustituir a los templarios en la Corona de Aragón.

A lo largo de los siglos, el castillo del Temple sufrió diversas transformaciones y usos. Fue sede del tribunal de la Inquisición, cuartel militar, prisión, y residencia privada. En el siglo XIX, se edificaron casas en los terrenos, se demolieron gran parte de sus muros y torres, y la antigua casa del comendador acabó convirtiéndose en vivienda familiar.

Uno de los hallazgos más sorprendentes que se produjeron en el castillo del Temple fue el del retablo de San Bernardo de Claraval, del siglo XIII, que había pertenecido a los templarios y que actualmente se expone en el Museo de Mallorca. Se trata de la representación más antigua del santo cisterciense, fundador de la orden monástica que tuvo una gran influencia en la espiritualidad y la cultura medieval.

Otro de los misterios que rodean al castillo del Temple es el de la existencia de un túnel subterráneo que, según algunas fuentes, enlazaba la antigua fortaleza templaria con el palacio de la Almudaina, la residencia real de los monarcas mallorquines. Este hecho se basa en el descubrimiento que se hizo a finales del siglo XVIII, durante unas obras que se estaban desarrollando en las cercanas calles de Ramón Llull y Sant Bonaventura.

Según la prensa local de la época, se encontró una galería subterránea que tenía 13 palmos de altura y permitía el paso a tres personas a la vez. Sin embargo, no se ha podido confirmar la veracidad de esta información, ni el destino final del supuesto túnel.

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