Situada estratégicamente en la esquina, la inscripción «Esperándola desde el cielo» sobre el balcón ciego de la Casa de Castril despierta la curiosidad. Este detalle arquitectónico remite a la oscura leyenda de la hija de Don Hernando de Zafra, tercer marqués de Castril, vinculada a un matrimonio prohibido y a un destino trágico.
La Leyenda de Elvira y Alfonso de Quintanilla
Según las narrativas transmitidas a lo largo del tiempo, el señor de la casa descubrió a su hija Elvira compartiendo momentos íntimos con Alfonso de Quintanilla, un joven de una familia rival. Guardando en secreto su amor, los amantes fueron descubiertos en un fatídico encuentro, desencadenando una serie de eventos trágicos.
Sentencia Atroz y Encierro Mortal
Como represalia por el agravio, el padre decidió colgar al joven intruso en el mismo balcón. La cruel sentencia, expresada con la frase «Colgado quedarás, esperándola desde el cielo», se convirtió en una advertencia permanente. Insatisfecho, encerró a su propia hija en la habitación, tapiando puertas y ventanas, dejando la inscripción como una macabra amenaza para quienes desearan mancillar el honor familiar.
Contrariamente a las expectativas del padre vengativo, la leyenda relata que el cielo también se vengó. La hija, desesperada, terminó suicidándose en su prisión habitacional. Además, el destino del propio padre fue trágico, ya que el día de su muerte, la naturaleza se manifestó de manera tempestuosa, impidiendo que recibiera una sepultura cristiana.
Transformación Arquitectónica: De Palacio a Museo
Originalmente un palacio nazarí cerca del Maristán, la casa de Zafra experimentó transformaciones a lo largo del tiempo. Desde 1527, formó parte del convento de religiosas dominicas de Santa Catalina de Siena. En 1946, el ayuntamiento adquirió la propiedad, realizando algunas modificaciones. Hoy en día, como sede del Museo Arqueológico, conserva la historia de la Reconquista y las trágicas leyendas que la rodean.
