Las Siete Puertas de la Perdición

Adak, Alaska Este complejo nuclear llegó a albergar 70 ojivas durante la Guerra Fría, listas para ser lanzadas contra el territorio soviético.
Dirección: Between Hillside Blvd & Bayshore Hwy, Adak, AK Coordenadas: 51.89095, -176.63889 desde Anchorage a Adak con Alaska Airlines Actividades en Español en Alaska

En medio del inhóspito mar de Bering, a unas tres horas de vuelo desde Anchorage, se encuentra la isla de Adak, una de las Aleutianas más remotas. Durante la Segunda Guerra Mundial y gran parte de la Guerra Fría, este lugar fue escenario de una de las bases militares más estratégicas de Estados Unidos. Entre sus instalaciones se encontraba un complejo secreto conocido como las “Siete Puertas de la Perdición” (Seven Doors of Doom), un depósito de armas nucleares diseñado para enfrentar a los submarinos soviéticos.

Origen militar de Adak

La historia militar de la isla comenzó en 1942, cuando se inauguró el aeródromo Davis Army Airfield, nombrado en honor al coronel Everett Davis. Desde allí, la 11ª Fuerza Aérea lanzó misiones para defender el territorio estadounidense ocupado por Japón en Kiska. Tras la guerra, la base pasó a manos de la Marina, convirtiéndose en un centro clave de comunicaciones, operaciones antisubmarinas y apoyo logístico en el Pacífico norte.

Con el auge de la Guerra Fría, Adak adquirió un rol aún más delicado: el almacenamiento y despliegue de armamento nuclear. Su cercanía con la península de Kamchatka, en Rusia, la hacía un punto estratégico para la defensa de Norteamérica.

El complejo de las Siete Puertas

El nombre “Siete Puertas de la Perdición” se debe a los siete búnkeres subterráneos que componían el complejo. Dos de ellos guardaban alrededor de 70 M57 Nuclear Depth Charges, cargas de profundidad nucleares adaptadas para destruir submarinos enemigos mediante explosiones submarinas. Estas armas estaban destinadas a los aviones P-3 Orion, preparados para lanzar ataques inmediatos en caso de conflicto con la Unión Soviética.

El recinto estaba protegido por un doble cerco de alambre de púas, torres de vigilancia con vidrios blindados y una guarnición de unos 160 marines, quienes rotaban semanalmente para custodiar el arsenal. La seguridad era tan estricta que se autorizaba el uso de fuerza letal contra cualquier intruso. Incluso muchos de los propios soldados en la base ignoraban que se trataba de un depósito nuclear.

Vida en el aislamiento

Los marines destacados en el complejo vivían en barracones cercanos, con gimnasio, galera y dormitorios para largas guardias. Testimonios cuentan que realizaban constantes simulacros de ataque, sin saber si se trataba de un ejercicio o de una emergencia real. La vida en Adak oscilaba entre la fascinación por su naturaleza salvaje y el rechazo por la soledad, el frío y la niebla casi permanente.

Las instalaciones incluían talleres de mantenimiento, depósitos de municiones y refugios subterráneos de emergencia. Hoy, muchos de esos espacios se encuentran en ruinas, con maquinaria oxidada, puertas arrancadas y grafitis que marcan el paso del tiempo.

El abandono y el presente

Tras el cierre de la base naval en 1997, el complejo fue dejado al abandono. Actualmente, parte de los búnkeres son arrendados como almacenes por la Corporación Aleutiana (Aleut Corporation), propietaria de gran parte de la isla. Lo que alguna vez fue un sitio de máxima seguridad se ha convertido en un lugar silencioso, visitado por curiosos, exploradores y científicos.

Caminar entre sus puertas oxidadas y torres derruidas es un recordatorio de lo cerca que estuvo el mundo de un enfrentamiento nuclear en uno de los rincones más aislados de Estados Unidos.

Un legado de la Guerra Fría

Las “Siete Puertas de la Perdición” simbolizan la tensión de una época en la que la posibilidad de un conflicto atómico era tangible. Hoy, sus restos conviven con el paisaje imponente de las Aleutianas, recordando que, en medio de la belleza natural, se escondió uno de los secretos militares más resguardados del siglo XX.

Scroll al inicio