Si te aventuras por la encantadora calle Trajano de la ciudad de Sevilla, encontrarás el edificio construido por el renombrado arquitecto Aníbal González. Este lugar, aparentemente familiar para muchos, alberga la Capilla de los Luises, una obra maestra llena de simbolismo y detalles ocultos que rara vez son apreciados por los transeúntes.
Contextualizando la Arquitectura
Aníbal González, uno de los tres grandes arquitectos de Sevilla, dejó su huella en la ciudad con numerosas creaciones, y la Capilla de los Luises no es una excepción. El edificio exhibe un estilo neogótico italiano, una expresión artística que se desarrolló con esmero y meticulosidad.
Los Evangelistas
En las tres ventanas del edificio, nos encontramos con una fascinante representación de los evangelistas. Estos personajes bíblicos están simbolizados a través de un conjunto de elementos conocidos como el tetramorfo.
Cada evangelista tiene su propio símbolo distintivo, como el hombre, el toro, el águila y el león, que, cuando se combinan, forman una representación simbólica de la divinidad.
Como es sabido las delicadas tallas en ladrillo hacen referencia a los cuatro evangelistas: Lucas, Mateo, Juan y Marcos (en este orden).
Según se recoge en el Antiguo Testamento el profeta Ezequiel, posiblemente influido por la astrología babilónica y la simbología del antiguo Egipto, describe en una de sus visiones cuatro criaturas que de frente tenían rostro humano y de espaldas rostro animal. A finales del siglo IV fue san Jerónimo quien asoció las cuatro figuras con los evangelistas, perpetuándose esta tradición en la escultura y en la pintura del arte medieval.
Pecados Capitales
Se puede apreciar la presencia de los pecados capitales tallados en la estructura. Figuras que representan la soberbia, la ira, la avaricia, la pereza y la lujuria nos invitan a reflexionar sobre las tentaciones humanas. Cada detalle cuidadosamente esculpido nos sumerge en una reflexión sobre la naturaleza humana y la lucha contra los vicios.
Virtudes en Contraste
Contrarrestando los pecados capitales, observamos también las representaciones de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. La fe se personifica como ciega, la esperanza con las manos en el pecho y la caridad como el acto desinteresado de dar a los demás sin esperar nada a cambio. Estos elementos resaltan la dualidad de la naturaleza humana.
La Muerte y Pasión de Cristo
En la fachada del edificio también podemos encontrar simbolismos relacionados con la muerte y la pasión de Cristo. Martillos, clavos, el gallo, azotes, la columna, la Verónica, la corona de espinas, la esponja y la lanza se entrelazan en la estructura, recordándonos los eventos trascendentales del cristianismo.