El pasaje de la Bruja es uno de los pasajes más pintorescos del 18º distrito, ubicado al final de una escalera típicamente montmartre. Este pequeño sendero rodeado de residencias elegantes y vegetación es accesible desde el 23 de la avenida Junot o el 65 de la calle Lepic, y nos intriga tanto por su nombre – algo inusual – como por el imponente bloque de piedra que domina su centro.
Origen del nombre
Los vecinos solían pensar que se trataba de un meteorito, que había caído allí en tiempos inciertos, o de un objeto mágico utilizado para proteger a una bruja… Porque frente a esta roca, un misterioso portal oculta una gran y hermosa casa que, según la leyenda, alguna vez fue el hogar de una anciana solitaria y algo loca.
Los niños del barrio, aterrorizados por ella, cambiaron así el nombre del pasaje, que originalmente era «de la Sourcière», a «de la Sorcière».
En realidad, esta piedra era simplemente el remanente de una antigua fuente desactivada que obtenía su agua de una de las fuentes de Montmartre, y el pasaje recibió el apodo de passage de la sourcière (pasaje de la fuente), que es parecido a sorcière, la palabra francesa para bruja. La imaginación de los niños despegó y transformó el nombre a passage de la sorcière (pasaje de la bruja), y así la piedra pasó a ser conocida como la «piedra de la bruja».
Saber antes de ir
Hoy en día, esta roca legendaria se encuentra al lado de una de las direcciones más encantadoras de la ciudad, el Hôtel Particulier Montmartre, y ofrece uno de los bares más exóticos de la ciudad. Dado que el pasaje es ahora privado, tendrás que atravesar este lugar para poder encontrar la famosa Roca de las Brujas.
Otra forma es por una de las puertas cerradas en el 23 de la Avenida Junot o en el 65 de la Calle Lepic. Para pasar las puertas, tendrás que solicitar la visita a través del intercomunicador. Una simple frase como “Je veux voir le Rocher de la Sorcière” debería permitirte entrar.
