Cuenta la leyenda que la Virgen de la Montaña, patrona de la ciudad y que en aquel momento se encontraba en la Concatedral de Santa María, protegió a Cáceres del bombardeo, evitando que hubiera más muertes de las que hubo y dejando la mitad de la plaza totalmente intacta.
El Impacto de la Guerra Civil
Frente al imponente Palacio Episcopal se encuentra la Iglesia de Santa María Concatedral desde 1957. A la derecha, emerge un testimonio visible de la Guerra Civil Española.
En 1937, un bombardeo afectó la fachada principal del Palacio de los Mayoralgo, provocando su colapso y la necesidad de una reconstrucción en los años 40. Este episodio marcó el lugar con una carga histórica profunda.
Muchos visitantes y locales pasan por la plaza de Santa María decenas de veces, pero seguro que muchos no notan la diferencia del suelo que la divide en dos claramente.
Cerca del Palacio Episcopal y hasta la puerta trasera de la iglesia vemos grandes losas que corresponden a la reconstrucción tras el bombardeo, mientras que el resto del empedrado, formado por pequeñas y molestas piedras que se extienden hasta la plaza de San Jorge, es el suelo original conservado.
Cuarcitas y Restos Paleontológicos
Durante la reconstrucción post bombardeo, se utilizaron cuarcitas, piedras que, curiosamente, esconden tesoros paleontológicos.
Estas rocas, provenientes de canteras cercanas, albergan restos de criaturas marinas fosilizadas, como ostras, testigos de un pasado que se remonta a 400 millones de años.
Los fósiles, como las huellas de pequeños trilobites, revelan la presencia de animales que deambulaban por esta tierra milenios atrás.